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MIGUEL H OTERO: “EL NACIONAL SIEMPRE SERÁ UN PERIÓDICO INDEPENDIENTE”

El presidente editor de El Nacional dijo que su citación busca destruir el diario. “Se le puede acuñar el término Nacionalcidio”. Aclara que el periódico no está en venta ni cambiará su línea editorial: “Vamos a relanzarlo a dos cuerpos”.

Ficha técnica

Presidente editor del diario El Nacional. Miembro del Comité Ejecutivo de la Sociedad Interamericana de Prensa y directivo del Grupo de Diarios de América.

Las críticas a El Nacional de los altos funcionarios del gobierno son cuestión de cada día. El presidente editor del diario, Miguel Henrique Otero, es consciente de que un periódico independiente, en un escenario de acorralamiento, presión y compra de medios, debe resistir embates. Ha sorteado la falta de papel, las amenazas y hasta que citen a su hija Alejandra Otero al Sebin. A pesar de eso, asegura que el periódico no cerrará ni se venderá: se renovará con su misma línea editorial independiente. Mientras espera para ver si el Ministerio Público lo cita de nuevo por las investigaciones de golpe o de magnicidio, señala: “Si hay algún sospechoso de golpe, ese es Diosdado Cabello”.

—¿Qué busca el gobierno al citarlo a usted y a su hija Alejandra Otero al Sebin?

—Todo esto es una estrategia para destruir el periódico. Yo lo llamaría un “Nacionalcidio”, para ponerlo en términos de ellos, porque dentro de este esquema de ir eliminando la libertad de expresión se ha pasado de la agresión directa a los periodistas y la sanción de leyes a la utilización de los tribunales y ahora al tema del papel, en el que el gobierno queda al descubierto, no cumple con sus leyes y providencias. Ellos se dan cuenta de que con El Nacional no pueden. El Nacional siempre ha dado la cara y siempre va a ser un periódico crítico, en el que existen la denuncia y las informaciones que tanto les molestan. Ahora van contra las personas. Van contra mí, tratando de criminalizarme, y contra mi hija Alejandra, que es comediante, para amedrentar. Es una cosa muy baja utilizar a mi hija para que nos callemos. También han amenazado a la junta directiva, que no tiene nada que ver con la línea editorial. Incluso a uno de los socios, a Parsifal D’Sola, que se encuentra fuera del país por razones de salud le allanaron su casa simplemente por su relación con periódico.

—¿Ha respondido la Fiscalía su solicitud de cambio de fecha a la citación?

—No ha habido respuesta.

—La fiscal Luisa Ortega Díaz insinuó que quien no acude a una citación puede estar involucrado en los hechos que se investigan. ¿Usted lo tomó como una amenaza?

—Hay que destacar la simbiosis entre Fiscalía, tribunales y Sebin, una demostración de que aquí no hay separación de poderes. En ningún país del mundo un juicio penal se auxilia por la policía política. Termina todo siendo una decisión del Ejecutivo, que anuncia todo por radio y televisión. Ni siquiera lo hacen los tribunales. Desde Colombia pedí que me citen cuando quieran. Según la ley, me pueden citar tres veces y luego de las tres veces es cuando se consideraría desacato. Esperaré a que venga la segunda citación e iré a ver qué es lo que quieren.

—¿No teme que lo dejen preso?

—Sería un exabrupto que a un testigo lo dejen preso.

—¿Qué opina de las denuncias del magnicidio?

—Desde el inicio de este régimen hemos estado ante la presencia de innumerables supuestos magnicidios, en los que nunca ha habido pruebas concretas ni grabaciones específicas ni planes ni armas. Copian lo que han hecho los cubanos: Fidel Castro ha estado sometido a 200 supuestos magnicidios y tampoco ha pasado nada. El magnicidio tiene 2 funciones: criminalizar a la oposición, porque instrumentan unos juicios para que la gente se vaya del país, y desviar la atención de los problemas. Los terribles problemas que vive el país, la inflación, el desabastecimiento, los servicios públicos desastrosos, la inseguridad, el crecimiento de la pobreza, etc. Aquí toca preguntarse quién podría dar un golpe de Estado. Quién tiene las armas. Quién controla al poder militar. Quién usa su programa de televisión para dar órdenes a los tribunales. Quién dirige a los radicales que tienen secuestrado a Nicolás Maduro y que parece querer desplazarlo del poder. Si me preguntan quién podría ser sospechoso de conspirar y pretender hacerse con el poder por la fuerza, contestaré: Diosdado Cabello.

—¿En algún momento pensó no regresar de Colombia?

—No, en ningún momento pensé en no regresar.

—Su citación se suma a los ataques a la libertad de expresión y a los problemas del papel. ¿Cómo se puede mantener El Nacional así?

El Nacional se mantendrá, primero gracias al apoyo internacional, que es muy importante. La crisis más grave del periódico es la del papel. Desde mayo del año pasado el gobierno no nos liquida divisas para importar papel. Pero después de que Andiarios de Colombia nos ofreció prestarnos papel, otros periódicos del continente han hecho lo mismo. Eso ha permitido que tanto El Tiempo de Bogotá, como El Comercio de Lima y El Universal de México nos hayan enviado papel. Y aunque ese papel no resuelve de manera definitiva el problema, nos permite mantenernos meses más, incluso, la primera semana de julio vamos a ir a dos cuerpos otra vez. El Nacional, fundado por Miguel Otero Silva, mi padre, ha sido la expresión de todas las corrientes y pensamientos de su época. Amigos cercanos critican que incluyamos columnistas y opinadores del chavismo, los lectores deciden, los demócratas tenemos respeto por las distintas corrientes del pensamiento. Hay que recordar que los gobiernos pasan y los medios quedan.

—¿Vienen más cambios?

—Vamos a relanzar el periódico, a tener un periódico a dos cuerpos, renovado, con otras características. Los que creen que El Nacional va a cerrar por esta situación están muy equivocados. Ante el acorralamiento que tiene el gobierno a los medios, nosotros vamos a ir con el periódico independiente que conocemos.

—¿El gobierno ha intentado comprar El Nacional?

—El gobierno sabe que El Nacional no está en venta. Que nuestra lucha por la democracia nos mantiene. Contamos con la fidelidad de nuestros lectores, con cada uno de nuestros trabajadores que configuran la familia de El Nacional. Para que exista un comprador debe haber un vendedor. El Nacional no está dispuesto a claudicar.

—¿Cambiará la línea editorial?

—No habrá un cambio en la línea editorial. Se viene un periódico refortalecido, rediseñado y adaptado a las nuevas condiciones del mercado, porque estamos claros que este gobierno ha reducido de una manera sustancial el mercado publicitario. El periódico tiene que reducirse y adaptarse a esa situación económica.

—¿Qué opina de la salida del aire del programa televisivo de Luis Chataing?

—Cada día la libertad de expresión se va arrinconando. El cierre de la ventana de Chataing es muy grave porque no solo le cierran el programa, sino que podría irse del país porque no tiene espacios aquí para trabajar en televisión. Venezuela pierde un hombre muy talentoso.

—De los grandes medios quizá El Nacional es el único que todavía está en manos de una familia, con una fuerte tradición por la lucha por la democracia, la libertad de expresión y los derechos civiles. ¿Qué pasa con los medios que compran?

—El espacio de la libertad de expresión cada día se reduce más en el esquema de hegemonía comunicacional. Ya no es solo la línea represiva, la Ley Resorte, la criminalización, sino la compra de medios con fondos públicos. En eso han avanzado mucho porque primero está la compra del diario Últimas Noticias y los rumores de compra de otros medios muy grandes. Compran un medio como Últimas Noticias y su presidente es un miembro de la dirección nacional del PSUV. Los convierten en medios oficiales.

La situación del país es insostenible

El presidente editor de El Nacional, Miguel Henrique Otero, opina que la situación del país es insostenible. “Nadie entiende que un país que reposa sobre las reservas de petróleo más grandes del mundo esté pasando por las penurias que todos conocemos. Igual de incomprensible es que este régimen intente aplicar en Venezuela un modelo que fracasó estrepitosamente en un espacio que hace 40 años comprendía más de la mitad de la población mundial. Adicionalmente, para mantenerse en el poder el régimen ha recurrido a los horrores de las dictaduras del siglo XX en cuanto a las violaciones de derechos humanos. Y como sí fuera poco ha pisoteado la soberanía convirtiendo nuestra patria en un protectorado cubano”, expresa.

Manifiesta que Venezuela esta montada en un polvorín: “La inestabilidad es evidente, el discurso de los jefes del régimen pareciera que los colocara en un sitio como Disney World. La popularidad del gobierno se viene al piso, la gente le está dando la espalda de una manera brutal. La protesta no se detiene a pesar de la criminalización de gente valiente como Leopoldo López, María Corina Machado, los estudiantes y centenares de héroes anónimos”.