Las relaciones entre Panamá y Venezuela han sido de mucha tensión desde el pasado 25 de febrero cuanto el presidente venezolano Nicolás Maduro decidió romper relaciones políticas con la nación panameña luego de que ésta solicitara a la OEA una reunión con carácter de urgencia para discutir los actos violentos que ocurren en la República Bolivariana.
Muchas han sido las consecuencias de esta decisión política. Se expulsaron embajadores y representantes en ambos países, Panamá solicitó a Venezuela pagar la deuda a sus empresarios y Maduro acusó al Gobierno de Martinelli de ser un “lacayo del imperio”, acusándolo además de tener “injerencia” en los asuntos internos de su país.
Esta vez, es Panamá quien acusa al Gobierno de Venezuela de tener algún tipo de injerencia en los asuntos internos de su país, ya que el mandatario en varias oportunidades ha realizado declaraciones públicas a favor del Partido Revolucionario Democrático (PRD) fundado por por el General Omar Torrijos Herrera.
El Ministerio de Relaciones Exteriores panameño realizó un comunicado oficial denunciando las acciones de Nicolás Maduro, argumentando que éstas “constituyen una clara injerencia en los asuntos internos de Panamá”. Además, el Gobierno panameño recriminó el “doble discurso” del mandatario venezolano, ya que mientras hace estas referencias públicas a su preferencia de partido en Panamá, ha rechazado de manera categórica la solicitud de reunión que realizó este país ante la OEA con el fin de lograr un diálogo entre los venezolanos.
“Esto no es más que un doble discurso político y un irrespeto a la República de Panamá (…) Panamá hace un llamado respetuoso a Maduro para que dedique sus intereses políticos y sus recursos económicos en atender el tan necesario diálogo entre venezolanos y las lamentables carencias económicas de todo tipo, a lo interno de Venezuela, en vez de dedicar los mismos a promover y apoyar preferencias y candidatos en el proceso electoral panameño”, señaló el comunicado.