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EGIPTO AMPLÍA UN DÍA MÁS LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES ANTE LA ESCASA PARTICIPACIÓN

La desesperación de las autoridades egipcias por lograr una participación masiva en las urnas quedó este martes reflejada en la ampliación en un día de las elecciones presidenciales, y las amenazas de sanciones a los que se abstengan.

La Comisión Suprema Electoral decidió extender hasta mañana, miércoles, el proceso electoral para “dar la oportunidad de votar a los egipcios que residen lejos de sus centros de votación y a los que no pudieron hacerlo por la ola de calor” que sacude el país.

Incluso el gobierno ha ofrecido billetes gratis a los ciudadanos que tengan que trasladarse de una provincia a otra para votar, según la televisión estatal.

Tras esos insólitos gestos, los equipos de campaña del exministro de Defensa Abdelfatah al Sisi y del izquierdista Hamdin Sabahi mostraron su rechazo total a la prórroga del plazo.

El equipo de Al Sisi no explicó los motivos de su oposición, mientras que el de Sabahi aseguró en un comunicado que existen “presiones fuertes y claras de diferentes partes -que no citó- para otorgar más tiempo a un escenario que nadie ha conseguido imponer a los egipcios en dos días”, en alusión a la esperada alta participación.

Sabahi pidió el recuento “inmediato” de los votos emitidos en estas dos jornadas y consideró que el cambio en el calendario arroja “muchos interrogantes sobre la integridad del proceso”.

Los colegios cerraron hoy a las 21.00 hora local (18.00 GMT) y mañana mantendrán el mismo horario, abriendo a las 09.00, hora local (06.00 GMT).

No se sabe si por pereza, calor, por la rotunda confianza de que ganará Al Sisi, o porque sus fieles ya han votado, los colegios electorales parecían desiertos durante el segundo día de las votaciones.

Los egipcios dieron la impresión de sentirse superados por el desánimo a la hora de acudir a las urnas para elegir a su segundo presidente en menos de dos años.

A pesar de que hoy era día festivo para los funcionarios, con la intención de favorecer una mayor afluencia de votantes, la jornada transcurrió visiblemente con menor participación que ayer, cuando no superó el 15 %, según datos no oficiales de la campaña de Sabahi.

Una integrante de ese equipo, Rabab Zinedin, se lamentó en declaraciones a EFE de que “a nadie le interesa ir a votar si se da por hecho que Al Sisi va a ganar”.

Frente a esos indicios de baja participación, el primer ministro egipcio, Ibrahim Mehleb, amenazó con que “nadie evitará que se multe a los que se abstengan de votar” con las 500 libras egipcias (unos 52 euros) estipuladas por ley.

Mehleb aseguró que el gobierno está intentando dotar de “total transparencia e imparcialidad” al proceso, pese a las denuncias de irregularidades hechas por la campaña de Sabahi y organizaciones que siguen la votación.

El Sindicato egipcio de Periodistas aseguró haber recibido al menos 29 denuncias de quejas y violaciones contra los profesionales encargados de la cobertura mediática de los comicios.

La Alianza para la Defensa de la Legitimidad, encabezada por los Hermanos Musulmanes, opinó que los egipcios, y en concreto los jóvenes (el 36,5% del electorado tiene menos de 30 años), no acudieron a las urnas en los primeros dos días “en rechazo de esa pantomima sangrienta”, como definieron los comicios.

En un comunicado, aseguró que la escasa participación representa “un castigo popular y un boicot al gobierno golpista militar y a todas sus prácticas de injusticia y corrupción”.

En la segunda vuelta de las pasadas elecciones presidenciales, celebradas en junio de 2012, participó un 51,85% de los casi 51 millones de egipcios convocados a las urnas.

El candidato islamista, Mohamed Mursi, se hizo con la Presidencia egipcia con más de la mitad de los votos. El 3 de julio de 2013 fue derrocado por un golpe de Estado militar que puso en marcha el actual proceso político cuya resultante son estos nuevos comicios presidenciales.

Las actuales elecciones presidenciales y el referéndum constitucional del pasado enero han sido presentados como un plebiscito a la figura de Al Sisi como máxima autoridad del país.

La Constitución fue refrendada con una participación del 38,6%, lo que las autoridades interinas interpretaron como un espaldarazo a la hoja de ruta de los militares, presentada tras el derrocamiento de Mursi.

Una baja participación en las presidenciales supondría ahora un importante obstáculo para Al Sisi, que busca legitimarse como el “hombre fuerte”, que necesita el país en estos momentos de inestabilidad.

Texto: EFE.

Khaled Elfiqi / EFE
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