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Las Puertas de Miraflores, las puertas del cielo

(Redacción A Todo Momento – Daniela Carrero)

A veinte minutos del mágico pueblito de San Antonio de Capayaguar, en el Estado Monagas, se elevan el imponente cañón y las majestuosas Puertas de Miraflores. Los aventureros se abren paso hasta este maravilloso destino entre montañas y pasos de río para vivir una experiencia celestial, rodeados de un paisaje que refresca cualquier ánimo.

Miraflores es el nombre del caserío pequeño protegido por un gran cañón del que nace un río que serpentea hasta cada casita, bañando y bendiciendo a cada habitante del poblado con sus frías y cristalinas aguas. Aquellos que deciden subir al cañón y purificarse en sus aguas, retornan rejuvenecidos cada vez.

Una baquiana feliz

Bárbara Plaza, nuestra alegre baquiana, dice que “lo mejor es que cualquiera puede llegar sin mayor complicación, en transporte público o en carro particular. Es difícil perderse porque las rutas están bien marcadas y los senderos son amplios”. También asegura que el recorrido es muy hermoso sin importar la época del año y que no necesitamos gastar mucho dinero para disfrutar de esta maravilla natural.

Un recorrido maravilloso

Algunos viajan en grandes grupos, otros prefieren ir sin compañía y todos sin excepción se alegran al tener la oportunidad de renovarse en estas aguas. Hay quienes aprovechan el terreno rocoso para escalar las grandes paredes de piedra del cañón. Bárbara nos cuenta que justo en la base de la montaña, en el poblado de Miraflores, la gente es tan amable y cálida que muchos ofrecen los patios de sus casas a la orilla del río para que los excursionistas acampen de manera segura.

Los pasos de río no son muy caudalosos, así que no necesitamos ser expertos en natación para atravesarlos. La voluntad es suficiente y el paisaje nos inspira a cada paso. Nuestra baquiana recomienda llevar todo lo que podamos necesitar para nuestro paseo, ya que no hay farmacias ni restaurantes en las cercanías del cañón, por lo que se recomienda llevar comida suficiente y algunas medicinas básicas para nuestro paseo.

Las piedras desde las que nace la caída de agua principal, en lo alto del cañón, le dan el nombre de “Puertas de Miraflores” al sitio porque simulan una puerta colosal. Hay quienes aseguran que el recorrido no está completo hasta llegar a la parte más alta y sumergirse en las piscinas naturales y los arriesgados practican sus clavados usando de trampolín las grandes piedras del río. Llegar allí es una hazaña, ya que las rocas sirven como control de acceso del privilegiado lugar.

“En total son siete pasos de río hasta llegar a Las Puertas, y los lugareños tienen como tradición guiar a los visitantes nuevos y pedirles que caminen mirando al suelo desde el quinto paso de rio, hasta que llegan a la parte más alta. Esto lo hacen para que los turistas se sorprendan con la majestuosidad de las piedras y lo hermoso del paisaje. La brisa fría y fuerte emociona más el corazón”, cuenta Bárbara.

Las Puertas de Miraflores, un alivio para el alma

Bárbara visita las Puertas de Miraflores con cierta frecuencia y asegura descubrir algo nuevo cada vez que hace su recorrido a pie, con su mochila y su cámara fotográfica. Nuestra baquiana es amante del yoga y dice que hacer yoga, o cualquier otro ejercicio, en lo alto del cañón es toda una experiencia religiosa que le ayuda a desligarse de cualquier preocupación y le impulsa a regresar con las mejores energías a casa.

Las Puertas de Miraflores son un destino maravilloso para aquellos con espíritu aventurero que gozan del clima de montaña y del ejercicio al aire libre. Nadie baja de este cañón sin sentirse invencible y renovado.

Con información de apatear.com