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EL PAPA FRANCISCO VIAJARÁ A COREA DEL SUR, CUNA DE FE CATÓLICA “VIVA Y CRECIENTE”

El papa Francisco viajará la próxima semana a Corea del Sur -cuna de una fe católica “viva y creciente”, según el Vaticano- siguiendo su deseo de acudir a las “periferias geográficas y existenciales” y quince años después de que un pontífice pisara Asia por ultima vez.

Desde que asumiera el pontificado hace año y medio, Bergoglio ha subrayado su intención de salir del centro espiritual o geográfico para participar en lo que él denomina “la cultura del encuentro”.

Conforme a esos preceptos, no extraña la elección del papa de viajar, por ejemplo, a Albania el próximo 21 de septiembre o de cruzar de nuevo el planeta, a sus 77 años, para visitar entre el 13 y el 18 de agosto Corea del Sur, un país con 5,5 millones de católicos que representan más del 10 % de su población.

Y es que la Santa Sede considera a la Iglesia surcoreana “viva”, en constante crecimiento y muy activa en el plano misionero.

Por esta razón, este viaje era “prioritario” para el pontífice -en palabras del portavoz vaticano, Federico Lombardi- ya que, además, Asia no ha recibido un papa en los últimos quince años, después de la visita pastoral de Juan Pablo II a la India en 1999.

A Corea del Sur no acude un papa desde 1989, cuando Karol Wojtyla emprendió una gira por el Índico que le llevó a ese país, Timor Oriental y Mauricio.

Un viaje que estuvo precedido por otro en el que el papa y ahora santo polaco acudió en 1984 a Corea del Sur, Papúa Nueva Guinea, las Islas Salomón y Tailandia.

El catolicismo en Corea del Sur, donde se ofician 100.000 bautizos al año, cuenta con la particularidad de que no surgió a raíz de la llegada de misioneros, sino por la curiosidad de algunos de sus habitantes, que comenzaron a informarse sobre los cristianos chinos, lo que acabaría costándoles el martirio.

En esta ocasión, entre los múltiples actos que presidirá, tres serán los temas capitales del viaje de Francisco: los jóvenes, la misión y la paz.

Una de las razones de la visita del pontífice a Corea del Sur es la celebración de la VI Jornada de la Juventud Asiática (JJA), que se desarrollará en la ciudad de Daejeon, la quinta más grande del país, entre el 13 y el 17 de agosto.

Se tratará de un acto que distará bastante de la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro de julio de 2013, a la que asistieron numerosos jóvenes procedentes del todas las partes del mundo.

La JJA será mucho más modesta en cuanto a cifras, ya que se espera la participación de 4.000 surcoreanos y de otros 2.000 católicos provenientes de 23 países asiáticos.

Allí, en el estadio que sirvió de escenario para algunos encuentros del Mundial de Fútbol 2002, el papa hablará a los jóvenes de Asia y lo hará en inglés y francés.

Durante su estancia, Francisco beatificará a Paul Yun Ji-Chung y a 123 compañeros martirizados y asesinados en 1791, considerados los fundadores de la primera comunidad católica en Corea.

Su causa comenzó en julio de 2004, aunque en los altares de la Iglesia surcoreana ya son venerados 103 mártires hechos santos por Juan Pablo II en su primer viaje a este país.

Este acto tendrá lugar en la Puerta de Gwanghwamun de Seúl, una enorme explanada en la que fueron martirizados y asesinados los primeros cristianos coreanos.

Por otro lado, también será un viaje en el que el papa abogará por la reconciliación de los dos Estados coreanos, que, a pesar del armisticio vigente firmado en 1953, aún no han sellado la paz y continúan separados y protagonizando tensiones diplomáticas.

Durante los actos no estará presente una delegación católica de Corea del Norte, dado que el Gobierno de Pyongyang ha rechazado la invitación del Vaticano.

En la era del primer papa latinoamericano de la historia, la Iglesia de Roma parece contemplar con atención el desarrollo del catolicismo en Asia, una de las regiones del planeta con mayor número de jóvenes.

Muestra de ello es que Francisco tiene la intención de regresar al continente asiático en enero próximo para visitar Sri Lanka y Filipinas. 

EFE.